viernes, 20 de diciembre de 2013

¡Tú sí que vales!

Por Leticia Caballero   

   No sé si os acordáis de este programa que hace unos años se televisaba en España. Era la versión española de GOT TALENT o el XFACTOR inglés o americano, que tanto dan que hablar. Ahora tenemos LA VOZ, que también está triunfando mucho y que a todos los jóvenes les vuelve locos.

   Pues bien, esta semana en mi cole hemos montado nuestro propio ¡Tú sí que vales! Y, en contra de mis expectativas, fue un éxito. 40 participantes que cantaron en los cuatro idiomas que enseñamos en el cole como tercera lengua opcional: español, alemán, francés y japonés. ¿Os cuento un secreto? Los estudiantes de español fueron los mejores ;-) 

   Con un ejercicio como éste, no solo conseguimos que los alumnos se lo pasen bien y salgan de las aulas; conseguimos que los estudiantes busquen información sobre la música española, elijan la canción que más se ajuste a su voz y con la que se sienten lo suficientemente seguros. Aprendan a leerla, trabajen en la pronunciación, entiendan el significado y lo transmitan. Todo esto, de forma inconsciente, les da confianza a la hora de afrontar luego las actividades orales y además aumenta su pasión o gusto por la lengua que aprenden. Resumiendo, esta actividad es un diamante en bruto.

   Para el profesor no es una tarea fácil. Tiene que estar ahí, cerca de ellos, apoyando, ayudando, motivando… Los niños quieren ver que el profesor nativo les entiende, quieren que les enseñemos cómo conectar con el público, cómo llamar su atención, cómo hacerlo perfecto… Horas extras de trabajo que tienen su recompensa cuando ves a tus estudiantes cantando en perfecto español una canción tan bonita como JUEVES, de LOVG, o tan divertida como DIRÁS QUE ESTOY LOCO, de Miguel Ángel Muñoz.


   La competición se desarrolló tal cual funciona este tipo de concursos de la tele. El jurado lo formábamos cinco profesores extranjeros y la profesora de música de la escuela. Se evaluaba el ritmo, la voz y las dotes musicales del grupo, la lengua, la presencia en el escenario y se tenía en cuenta la respuesta del auditorio ante las actuaciones. Si el grupo no nos gustaba o ya habíamos visto y escuchado lo suficiente, levantábamos una tarjeta roja. Si había tres tarjetas rojas levantadas, sonaba una alarma indicando que ya podían salir del escenario. Quizás esto último os parezca un poco cruel, pero 40 actuaciones en una tarde, son muchas actuaciones.


   Y hasta aquí esta entrada sobre actividades extracurriculares. Yo, desde entonces y gracias a mis alumnos, soy la profesora más orgullosa de China. ¿Os animáis? 

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