jueves, 27 de noviembre de 2014

Háblame de los tuyos…

Por Adrián Biarje

   La verdad es que el uso de los árboles genealógicos para practicar el vocabulario del parentesco no es nada nuevo, podemos encontrar en muchos manuales o materiales específicos ejercicios que toman como base un árbol genealógico.  Por eso y a modo de repaso de la descripción personal y de profundización del parentesco probé una unidad didáctica de carácter predominantemente oral con los arboles genealógicos como eje central. 


   ¿Por qué? Por una parte porque es un recurso visual y esquemático y por otro lado porque se trabaja una realidad directa y conocida por los estudiantes, su familia.


   Para empezar podemos llevar a la clase nuestro propio árbol genealógico, para que sea más visual podemos incluir fotos. Otra opción es escoger un personaje chino, famoso entre los adolescentes, (es muy probable que los estudiantes conozcan pocas familias ilustres extranjeras) y realizar su árbol genealógico, o personajes animados como puede ser la familia más famosa de la televisión “Los Simpsons”. 



  A la hora de realizar esta actividad de introducción del vocabulario que vamos a trabajar en el árbol genealógico podemos dibujar el árbol con los espacios para las fotos previamente etiquetados, para que los alumnos (en grupos de cuatro) completen una especie de puzzle entre fotos y parentescos. Una vez colocadas las fotos y trabajado el vocabulario utilizamos unas tarjetas recortadas en forma de viñetas que describen o comentan alguna característica particular de los componentes de la familia, especialmente si es divertida o interesante.  


   En la tarea siguiente los estudiantes en parejas explicarán a su compañero su árbol genealógico, mientras que la persona que escucha lo dibuja y anota la información, los dos tendrán que comprobar y dar el visto bueno a los árboles genealógicos de sus amigos. Por último los alumnos de dos en dos saldrán a la pizarra para dibujar y explicar de manera simple el árbol de su compañero, el otro alumno añadirá información sobre su propia familia, lenguas que hablan, de dónde son, dónde viven, etc.



   La verdad es que los alumnos disfrutaron conociéndose y explicaron cosas muy curiosas de su familia, preguntándose mutuamente. ¿Tú cómo lo practicarías?  ¡Cuéntanos!

jueves, 20 de noviembre de 2014

El mentiroso. Jugando a las cartas en clase.

Por Leticia Caballero

     El Mentiroso o Desconfío, o BULLSHIT en inglés, es un popular juego de cartas al que el otro día recurrí gracias a una película. Sí, sí... a una película. Para ser más exactos: Cómo perder a un chico en 10 días. Lo sé, no dice nada bueno de mí, pero es que tenía uno de esos días en los que no me apetecía pensar.


     Al lío. Para poder llevar a cabo esta actividad controlada, creé un juego de cartas con el vocabulario que andamos estudiando ahora mismo en clase. En este caso, las tareas del hogar.

Set de cartas creado para repasar el vocabulario de "Tareas Domésticas". La imagen de cada actividad se repite cinco veces.
     Siguiendo el libro que usamos en clase, el objetivo de la actividad no era solo repasar vocabulario sino también repasar las expresiones de frecuencia estudiadas hasta ahora. ¿Cómo podía hacerlo? No pude dar más en el clavo: jugando a las cartas.

     Para empezar, escribí en la pizarra la palabra MENTIROSO y esperé a que me dieran el significado de la misma. A continuación, les pregunté ¿quién es el mejor mentiroso de la clase? Y todos apuntaron al mismo estudiante. ¿Seguro? Lo comprobaríamos en un momento.

     Seguidamente, les enseño las cartas y les digo que vamos a jugar a un juego en el que solo los metirosos pueden ganar. Y pasé a la explicación de las normas.

Para aquellos que desconzcan el juego, os dejo este enlace de mi mejor amiga, que seguro ya todos concéis: Wikipedia.

     Las reglas son las siguentes:

Se reparten todas las cartas. 
Los alumnos tienen que hacer sus apuestas, uno a uno y en orden, sin que el resto de los jugadores vean las cartas. Los demás pueden creer lo que dice el anterior jugador y seguir jugando, o desconfiar y levantar las cartas de la jugada previa. Si las cartas coinciden con lo expresado por el estudiante, él se lleva todas la cartas de la mesa. Si no coincide, se las lleva el mentiroso.
El objetivo del juego en sí no es otro que descartarse lo antes posible.

¿Cómo se juega?
     Tras repartir todas las cartas entre los estudiantes y yo, que por supuesto siempre me apunto a todo, yo empiezo el juego para que les sirva como ejemplo.
Yo friego el suelo dos veces por semana” y tiro dos cartas, que supuestamente deben tener la imagen que represente la actividad que he mencionado. El siguiente alumno debe desconfiar o continuar con la serie. Si decide continuar con la serie debe decir “Yo friego el suelo, X veces por semana”. X depende del número de cartas que el jugador tire. Y así hasta que alguien se atreva a desconfiar del anterior. 

Imagen de uno de los grupos jugando al Mentiroso
    El juego es un éxito y los alumnos, sin darse cuenta, se pasan toda la hora hablando español. Os invito a que los probéis en clase, ya veréis como triunfa.   

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Biografías sin aburrir al personal

Por Nélida Tójar

   Este año estoy emocionada con mis alumnos de secundaria “pre-GaoKao”, porque hemos comenzado a ver géneros literarios en español y, a través de ellos, alguna gran obra, famosos autores y mucha cultura de los países latinoamericanos a los que pertenecen.

   El dilema viene siempre cuando te topas con un premio Nobel, por ejemplo, y tienes que hablar de él, y contar su vida, y no matar a nadie de aburrimiento. Me pongo en su pellejo y pienso que si a mí me dieran en chino la vida y milagros de Mo Yan, aunque sean reducidos, y en un papel negro sobre blanco, probablemente me daría mucha pereza sentarme texto a un lado, diccionario al otro y comenzar a leer. Por eso tuve que darle vueltas y más vueltas a cómo presentar las biografías sin que decayese el interés y el entusiasmo.

   Os voy a mostrar dos ejemplos de cómo yo lo he hecho; ojalá le sirvan a alguien, de inspiración al menos, quizá para otros personajes, o quién sabe si la imaginación os lleva a extrapolar la idea a otra cosa que consideréis tediosa de presentar...

   Biografía de Pablo Neruda.



   La vida del poeta la vimos después de haber leído algunos de sus más famosos poemas de amor, de haber leído y escuchado su Oda al Tomate cantada por Jorge Drexler, y tras ver algunos fragmentos de la película “El cartero y Pablo Neruda”.

   Lo que hice fue dar a cada grupo de 3 personas una línea del tiempo dibujada sobre papel de estraza con únicamente la información que ellos ya sabían sobre la vida del poeta. Muy pocos datos, al fin y al cabo: que era chileno, que publico sus “20 poemas de amor…” a los 20 años, que era comunista, que vivió exiliado con Matilde…  El resto de información se la di en forma de carteles de colores sin fechas que ellos tenían que leer, comprender y situar en la vida de Neruda: para eso tenían que utilizar sobre todo la razón y la lógica, y también conocimientos previos que nuestros alumnos tienen y que pocas veces contamos con ellos.

   Ya os advierto de que nada más ver los carteles me dijeron que no podían hacerlo, porque en ellos no había fechas: esa es la primera barrera que hay que derrumbar, el “no se puede, el juego está mal”. Yo les dije que utilizaran no solo la lógica, sino también la imaginación, y que todo era válido si lo podían razonar. De este modo, cuando situaban un cartel erróneamente, yo les hacía preguntas que les hacían caer en sus propias contradicciones: “conmovido por la Guerra Civil… ¿cuándo fue la Guerra Civil española, recuérdamelo? Bien, entonces este cartel no puede ir antes de 1936…”



   Una vez todos los grupos han situado los carteles, corregimos entre todos. Yo tengo también una línea del tiempo pegada a la pizarra y voy colocando mi juego de carteles correctamente en paralelo a la corrección, para evitar que nadie se pierda. Todo el mundo opina, todo el mundo razona; halagamos al iluminado que ha dado con la clave, siempre valoramos positivamente las aportaciones, aunque sean erróneas, e intentamos siempre enlazar los nuevos conocimientos con los previos.

Biografía de Frida Kahlo.



   En la actual Sociedad de la Información en la que vivimos inmersos, la imagen es la absoluta e incuestionable reina del sarao. Suerte que Frida se pintaba constantemente a sí misma, con lo cual, tan solo mirando sus cuadros podemos reconstruir casi toda su vida, aderezada con penas, alegrías, desencuentros y toda una gama de sentimientos que ella plasmaba en sus cuadros, y las sensaciones que nos transmite.

   Esta vez repartí a cada alumno una ficha como la de arriba y, junto con ellos, fuimos desgranando los datos que podemos leer en el papel; “una casa azul y una fecha, 1907, ¿qué puede ser? Ideas…” 

   Suerte que existe una película titulada “Frida” e interpretada por otra mexicana, Salma Hayek, que cuenta su vida de una manera súper detallada a partir de los 18 años. Es decir, que a partir de esa edad y ese dato, prácticamente podemos resolver cada incógnita con un fragmento de película previamente seleccionado. Esto es: leemos "18 años accidente", vemos el fragmento de la peli donde éste ocurre y luego comentamos. La guinda: pequeñas pildoritas de datos que tú vas dando y añadiendo a cada parte de la historia. En este caso dibujo el cuerpo de Frida en la pizarra y señalo todas las partes por las que se rompió la pierna, la cadera, la columna... a groso modo. Con esto ya los dejas alucinados.

    Impresionados también quedaron con su relación con Diego Rivera, o con el aborto que sufrió Frida en Estados Unidos, o con su llegada en cama a la única exposición de cuadros que tuvo en México. La clave: dato de la ficha + fragmento de película + información adicional.

   La vida de Frida les impactó muchísimo, por supuesto, pero también sus cuadros, que por fin podían entender e incluso disfrutar.


jueves, 6 de noviembre de 2014

Periodistas por un día…

Por Adrián Biarje 


   No sé si a vosotros también os ocurre pero la expresión escrita es una de las tareas que mis estudiantes menos disfrutan, y es que tomar el boli y enfrentarse a un papel en blanco no es fácil, especialmente si no estás motivado para hacerlo. En otras palabras, escribir sobre algo que no interesa o que se aleja mucho de la realidad propia no anima a escribir, por eso y en general con todas las actividades, es necesario adaptarlas a los intereses y a la realidad de nuestros alumnos. 


   Entonces estaba yo pensando en cómo preparar una actividad de expresión escrita que sirviera como práctica y revisión de algunos tiempos del pasado, en concreto del indefinido y el imperfecto. Entonces fui a buscar aquellas revistas del corazón (robadas furtivamente a mi señora madre) que me había traído tras las vacaciones del verano y se me ocurrió esta actividad. ¿Por qué no permitir a los estudiantes sentirse cómo un redactor de prensa del corazón por un día? Pero… ¿Cómo?


    En primer lugar recorté varias frases en las que quedara claro el uso del indefinido, el imperfecto y de la combinación de ambos y preparé un collage. Los alumnos debían pensar en cuál eran las diferencias en el uso y la forma gramatical de ambos tiempos y luego ponerlo en común.


   A continuación mostré varias fotos de personajes famosas con sus respectivos titulares, para que los alumnos eligieran que personaje o que titular les parecía más interesante. La tarea era sencilla: escribir una noticia en pasado en relación al titular y la foto seleccionados, por supuesto el cuerpo de la noticia lo había recortado previamente. Para también fomentar la relación interpersonal la noticia la escribimos en parejas. 


   Sin duda, las historias eran de lo más variopintas e inverosímiles pero el uso de ambos tiempos en general muy acertado, tras la corrección mutua de las noticias, preparamos un mural con ellas para ponerlas en uno de los tablones de la clase de español.  Por último leímos un resumen adaptado de las noticas reales de cada foto-titular.  


    La verdad es que escribieron largo y tendido y se divirtieron con ello, además de decorar nuestra clase. ¿Quién creía que las redacciones eran aburridas?