Por Leticia Caballero
¿Os acordáis del juego de la silla musical? Sí, sí... Ese al que jugábamos en cumpleaños y comuniones cuando éramos pequeños. Sí, sí... ese que era tan divertido. Pues bien, yo he rescatado este maravilloso juego de mis memorias de la infancia y lo he adaptado para llevarlo a clase. ¡Y qué exito! ¿Queréis saber cómo lo hago? Pues leed, leed.
¿Os acordáis del juego de la silla musical? Sí, sí... Ese al que jugábamos en cumpleaños y comuniones cuando éramos pequeños. Sí, sí... ese que era tan divertido. Pues bien, yo he rescatado este maravilloso juego de mis memorias de la infancia y lo he adaptado para llevarlo a clase. ¡Y qué exito! ¿Queréis saber cómo lo hago? Pues leed, leed.
Para
aquellos que no conzcáis tan lúdica actividad o os hayáis olvidado de cómo
jugar, os dejo el enlace para que le consultéis a mi amiga la sabionda:
Wikipedia. ¡Qué tía más enterada! ¡Con lo joven que es y todo lo que sabe!
Normalmente,
llevo a clase esta actividad con tres objetivos principales: primero, trabajar
el vocabulario de los adjetivos de personalidad, tales como simpático,
antipático, amable... Pero claro, siempre la podemos adaptar para otros temas.
Esto es siempre a gusto del consumidor. Ya sabéis.
Segundo,
para trabajar la entonación de tres tipos de oraciones: la afirmativa, la
negativa y la interrogativa, sobre todo esta última porque es la que da más
problemas a mis estudiantes sinohablantes, que muchas veces no sé bien si están
afirmando o preguntando.
Y
por último, pero no por ello menos importante, para pasárnoslo bomba en clase.
Para
llevarla a cabo, solo necesitamos preparar tarjetas con el vocabulario que
queramos trabajar y tantas sillas como alumnos tenga la clase. Recordad que, al
preparar las tarjetas con los vocablos, tenéis que repetir cada uno como mínimo
dos veces para que la actividad pueda llevarse a cabo.
Una
vez estamos listos.... Nos vamos a clase con las tarjetas en la mano y con
ganas de pasarlo bien. ¡Qué no se os olvide ninguna de las dos cosas! ;-)
Para
presentar la actividad, lo primero que hago es escribir lo siguiente en la pizarra:
1.
Mateo (siempre utilizo
en nombre de algún alumno para darle más vidilla a la cosa) es antipático.
2.
Mateo no es antipático
3.
¿Es Mateo antipático?
Y entonces, todos juntos, practicamos la entonación de las
tres, haciendo siempre hincapié en la interrogativa, por ser la que más
problemas nos presenta.
Una
vez hemos practicado en grupo clase abierto, llega la hora de JUGAAAAAAR. Damos
a cada alumno una o dos tarjetas, según las que hayamos preparado, y les
pedimos que cojan sus sillas y se sienten en círculo. Esta actividad está guay
hacerla fuera del aula si el tiempo acompaña.
Luego,
les digo que yo voy a decir una frase afirmativa, o negativa o interrogativa y
les explico las normas:
1.
Si digo una frase
afirmativa, todos aquellos que tengan el adjetivo que menciono tendrán que
cambiar de silla.
2.
Si digo una negativa,
tendrán que cambiar de silla aquellos que no tengan el adjetivo mencionado.
3.
Y si digo una
interrogativa, todos tendrán que cambiar de silla. (Esto último lo hago porque
es la que más les gusta y así consigo que practiquen aún más)
Una
vez están todos en círculo, la profesora se mete en medio y suelta la oración
en cuestión. Ellos no se esperan que tú vayas a jugar y tampoco saben qué es lo
que vas a hacer, ni cuándo ni cómo. Aquel alumno que se quede sin silla tendrá
que decir la siguiente frase. Yo, que soy más niña que ellos, juego todo el
rato. A veces cambio, a veces no. Lo hago por dar aún más vidilla al juego.
Ellos lo pasan bomba y yo me voy a casa satisfecha por haberles enseñado algo
mientras reían.
¿Os
atrevéis a jugar? ¿Para que otros objetivos creéis que podemos adaptar la silla
musical?
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