martes, 14 de enero de 2014

Cartas anónimas

Por Nélida Tójar

   Ya en una ocasión hemos hablado del blog ProfeDeEle, uno de nuestros favoritos para encontrar recursos que llevar al aula. Cuando yo leí este en concreto, http://www.profedeele.es/2013/11/cartas-anonimas-aula-ele.html, me encantó la idea, porque siempre he sido muy fan de escribir y recibir cartas y postales. Así que esperé el momento adecuado y ¡zas! directito a mi clase senior.

   La primera parte de la actividad la hice siguiendo el blog muy al pie de la letra.

   Te escribes a ti misma una carta anónima del siguiente tipo:

Carta a la profesora
   Cuando llegas al aula, finges que vas a comenzar con otro tema pero… “¡ah! Se me olvidaba… He encontrado esto en mi oficina, ¿es vuestra? ¿Quién la ha escrito? ¿Quién la habrá escrito entonces?”

   Al comprobar que no es de ninguno de nosotros, entonces cambiamos la cara de felicidad-sorpresa por la de miedo-angustia, y le pedimos a alguien que la abra y la lea, confesando nuestro temor. Evidentemente nadie se hace responsable, entonces comienzas con el dedo acusador, “¿Has sido tú, Antonio?” Y te enfadas por las evidentes faltas de ortografía. El numerito acaba cuando anuncias que hoy vamos a aprender a escribir una carta anónima; entonces todos son “Ooohhs” y “Aaaahhhhs” de hemos caído como primos.

   Y seguimos con los pasos que el blog plantea. Intentamos entre todos imaginar situaciones en las que una persona escribiría una carta anónima a otra, para así extraer los géneros: amenaza, chivatazo, amor, advertencia, etc.

   Ayuda mucho traer situaciones o frases de cartas ya pensadas para ayudarles y que no se nos olvide ninguna. Si le preguntásemos a cualquier profesor extranjero, seguramente la mayoría nos diría que los chinos son poco creativos e imaginativos. Yo no querría generalizar así, pues en esta lluvia de ideas en grupo abierto juega un papel importante la motivación o el interés del alumno en ese momento (o lo despierto que esté, o lo enamorado, o lo mucho o poco que la timidez lo bloquee, etc.), pero es cierto que mis estudiantes necesitaron bastante ayuda.

   Una vez tenemos todos los géneros, repartimos una situación o un objetivo a cada uno, y a la vez un destinatario. La idea original en ProfeDeEle no lo asigna, pero yo creo que debemos aprovechar que conocemos bien a nuestros estudiantes y, eligiendo quién escribe qué carta y a quién, intentar que la actividad resulte más divertida. No es lo mismo que alguien sea advertido de que su novia le engaña cuando todos sabemos que no tiene novia, que cuando la tiene.

Situaciones u objetivos
   Al mismo tiempo, mostramos una serie de estructuras (yo elegí solo las de B1 y B2) para que obligatoriamente al menos una estuviera en nuestra carta anónima:

    Si (indicativo) + futuro (B1)
Ejemplo: Si no estudiáis, os vais a arrepentir.

  Como (subjuntivo) + futuro (B1)
Ejemplo: Como no estudiéis, os vais a arrepentir (en negativo)
Ejemplo: Como vengas mañana, te arrepentirás (en afirmativo)

  Imperativo negativo (B1)
Ejemplo: No te cases mañana. No me dejes. No serás feliz.

  Condicional (B1)
Ejemplo: Yo en tu lugar, vendería el negocio.

 Condicionales (B2)
Cartas de reproche:
Ejemplo: Si no hubieras hecho…, nunca habríamos…
Ejemplo: Si supieras cuanto me gustas, no hubieras dicho que...

   Una variedad de situaciones y de estructuras nos asegura mucho mayor colorido a la hora de abrir cada uno su carta y analizarla entre todos. Por supuesto, lo siguiente es darles papel y letras para recortar, y dejar que elaboren su carta anónima.

Preparando la carta
   Yo lo que hice fue sentarme entre ellos, como un alumno más, y dejar que salieran al atril del profesor, abrieran la carta a su nombre y la mostraran al resto. Entonces intentábamos primero comprenderla, que no era siempre sencillo; adivinar qué tipo de situación la había motivado; encasillarla dentro de un género, si es que era posible; y finalmente, analizar qué estructura había utilizado y si había algún error.

   Cuando teníamos dudas, que ocurrió más de una vez, acudíamos a la persona que la había escrito, quien nos ayudaba a entender.

   Creo sinceramente que la actividad es muy buena, pero precisa de alumnos bastante participativos; la creatividad a la hora de escribir la carta, contradiciendo a esos muchos profesores de los que hablábamos antes, no fue problema, y si no, aquí podéis comprobarlo:

Cartas terminadas

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