Por Nélida Tójar
Ya en una ocasión hemos hablado del blog ProfeDeEle, uno de nuestros favoritos para encontrar recursos que llevar al aula. Cuando yo leí este en concreto, http://www.profedeele.es/2013/11/cartas-anonimas-aula-ele.html, me encantó la idea, porque siempre he sido muy fan de escribir y recibir cartas y postales. Así que esperé el momento adecuado y ¡zas! directito a mi clase senior.
Ya en una ocasión hemos hablado del blog ProfeDeEle, uno de nuestros favoritos para encontrar recursos que llevar al aula. Cuando yo leí este en concreto, http://www.profedeele.es/2013/11/cartas-anonimas-aula-ele.html, me encantó la idea, porque siempre he sido muy fan de escribir y recibir cartas y postales. Así que esperé el momento adecuado y ¡zas! directito a mi clase senior.
La primera parte de la actividad la hice siguiendo el blog muy al pie de
la letra.
Te escribes a ti misma una carta anónima del siguiente tipo:
Carta a la profesora |
Cuando llegas al aula, finges que vas a comenzar con otro tema pero…
“¡ah! Se me olvidaba… He encontrado esto en mi oficina, ¿es vuestra? ¿Quién la
ha escrito? ¿Quién la habrá escrito entonces?”
Al comprobar que no es de ninguno
de nosotros, entonces cambiamos la cara de felicidad-sorpresa por la de
miedo-angustia, y le pedimos a alguien que la abra y la lea, confesando nuestro
temor. Evidentemente nadie se hace responsable, entonces comienzas con el dedo
acusador, “¿Has sido tú, Antonio?” Y te enfadas por las evidentes faltas de
ortografía. El numerito acaba cuando anuncias que hoy vamos a aprender a
escribir una carta anónima; entonces todos son “Ooohhs” y “Aaaahhhhs” de hemos
caído como primos.
Y seguimos con los pasos que el blog plantea. Intentamos entre todos
imaginar situaciones en las que una persona escribiría una carta anónima a
otra, para así extraer los géneros: amenaza, chivatazo, amor, advertencia, etc.
Ayuda mucho traer situaciones o frases de cartas ya pensadas para
ayudarles y que no se nos olvide ninguna. Si le preguntásemos a cualquier
profesor extranjero, seguramente la mayoría nos diría que los chinos son poco creativos
e imaginativos. Yo no querría generalizar así, pues en esta lluvia de ideas en
grupo abierto juega un papel importante la motivación o el interés del alumno
en ese momento (o lo despierto que esté, o lo enamorado, o lo mucho o poco que
la timidez lo bloquee, etc.), pero es cierto que mis estudiantes necesitaron
bastante ayuda.
Una vez tenemos todos los géneros, repartimos una situación o un
objetivo a cada uno, y a la vez un destinatario. La idea original en ProfeDeEle
no lo asigna, pero yo creo que debemos aprovechar que conocemos bien a nuestros
estudiantes y, eligiendo quién escribe qué carta y a quién, intentar que la
actividad resulte más divertida. No es lo mismo que alguien sea advertido de
que su novia le engaña cuando todos sabemos que no tiene novia, que cuando la
tiene.
Situaciones u objetivos |
Al mismo tiempo, mostramos una serie de estructuras (yo elegí solo las
de B1 y B2) para que obligatoriamente al menos una estuviera en nuestra carta
anónima:
Ejemplo: Si no estudiáis, os
vais a arrepentir.
Como (subjuntivo) + futuro (B1)
Ejemplo: Como no estudiéis, os
vais a arrepentir (en negativo)
Ejemplo: Como vengas mañana, te
arrepentirás (en afirmativo)
Imperativo negativo (B1)
Ejemplo: No te cases mañana. No
me dejes. No serás feliz.
Condicional (B1)
Ejemplo: Yo en tu lugar,
vendería el negocio.
Condicionales (B2)
Cartas de reproche:
Ejemplo: Si no hubieras hecho…,
nunca habríamos…
Ejemplo: Si supieras cuanto me
gustas, no hubieras dicho que...
Una variedad de situaciones y de estructuras nos asegura mucho mayor
colorido a la hora de abrir cada uno su carta y analizarla entre todos. Por
supuesto, lo siguiente es darles papel y letras para recortar, y dejar que
elaboren su carta anónima.
Preparando la carta |
Yo lo que hice fue sentarme entre ellos, como un alumno más, y dejar que
salieran al atril del profesor, abrieran la carta a su nombre y la mostraran al
resto. Entonces intentábamos primero comprenderla, que no era siempre sencillo;
adivinar qué tipo de situación la había motivado; encasillarla dentro de un
género, si es que era posible; y finalmente, analizar qué estructura había
utilizado y si había algún error.
Cuando teníamos dudas, que ocurrió más de una vez, acudíamos a la
persona que la había escrito, quien nos ayudaba a entender.
Creo sinceramente que la actividad es muy buena, pero precisa de alumnos
bastante participativos; la creatividad a la hora de escribir la carta,
contradiciendo a esos muchos profesores de los que hablábamos antes, no fue
problema, y si no, aquí podéis comprobarlo:
Cartas terminadas |
que buena pagina para cartas anonimas
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