Por Nélida Tójar
No hace mucho que conozco esta
herramienta pero, cuando la utilicé por primera vez, quedé absolutamente
cautivada por su sencillez y versatilidad. Y es que hay que ser muy ingenioso
para crear una cosa tan aparentemente tonta, pero tan útil, al menos para los
profesores.
La herramienta en sí es un muro. Y,
¿qué se hace en los muros? Pues escribir: muchas veces frases lapidarias,
muchas otras con una imagen basta para expresar lo que diríamos con mil
palabras, o hacer toda una declaración de intenciones con un símbolo. ¡Tantas
cosas!
Bueno, pues ahora Padlet te pone
un muro precioso, del color o textura que tú quieras, y solo haciendo doble clic
sobre él, te aparece un recuadro donde tú pones primero el autor en rojo y
abajo tu texto. Puedes dejar ahí tu consigna, en plan “Enumeren 3 cosas nuevas que
aprendieron de las lecturas” o “reflexionen en voz alta sobre qué fue lo que
más les gustó de esta experiencia y por qué”. Luego arrastras tu recuadro a una
esquinita del muro y dejas el resto del espacio para que los alumnos
participen. Normalmente se hace con un texto, pero también se puede adjuntar un
archivo.
Tan simple y tan grandioso: dadme un muro y cambiaré el mundo |
Por supuesto, el muro es el mismo
para todos, así que casi inevitablemente y por esa condición tan humana que es
la curiosidad, todo el mundo va a leer lo de los demás; incluso aunque seas el
primero en escribir, seguro te vas a asomar a ver qué ha dicho el resto. Y ¿qué
tiene esto de bueno? Pues que todos nos enriquecemos con otros puntos de vista
o con otras reflexiones, que incluso podemos pararnos a cuestionar o a defender…
Y luego, si lo ves oportuno, lo puedes proyectar en el aula y generar un
debate. Yo qué sé, ¡¡es que es tan versátil!! Personalmente, me encanta.
Te invito a que te asomes a Padlet,
porque de veras que es súper sencillo, y seguro que se te ocurren cientos de
momentos en los que utilizarlo. Y luego, si nos lo cuentas, nosotros felices :)
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