jueves, 15 de enero de 2015

Preposiciones de lugar con arte

   Como todas las semanas, secundariaenchina.blog.com publica una nueva entrada, pero esta vez los foreignschoolers no somos los autores. La autora es Isabel Maria Lopez Nunez, una profesora de Garrucha, Almeria, que desde 2012 vive y trabaja en Changchun, en la provincia de Jilin, en el norte de China. Tiene 28 años y es licenciada en Humanidades. Su aventura en el mundo ELE comenzó con un trabajo como Auxiliar de Conversación en un instituto de la ciudad francesa de Dijon, donde descubrió que enseñar español era su pasión. En abril, pretende mudarse a los EE.UU en busca de nuevas aventuras, pero antes de dejarnos, nos ha regalado esta joya. Esperamos que os guste.


   Para trabajar las preposiciones de lugar en clase de una manera original  y en la que los alumnos pusieran en marcha toda su creatividad, se me ocurrió la siguiente actividad, en la que el alumno no sólo habla, sino que además escucha, comprende y, lo más divertido, ¡dibuja!


   Esta actividad sirve como repaso después de ver las preposiciones de lugar (previamente trabajadas con ejemplos y una exhaustiva tanda de preguntas rápidas con los objetos de clase, del tipo: ¿dónde está la tiza?, ¿dónde están los libros?, ¿dónde está el bolígrafo?).


   En primer lugar necesitaremos un voluntario. Si no lo encontramos, a mí me gusta jugar a “adivinar la palabra”: escribo la palabra secreta en un papel y luego propongo a los alumnos que me digan una fruta, un color, un número, un mueble (se puede practicar el vocabulario de cualquier familia de palabras) y, la persona que lo adivina, sale a la pizarra. El estudiante afortunado será el que dibuje en la pizarra aquello que los compañeros le digan.


   Tras explicar la actividad detenidamente, poniendo mil ejemplos con los que sacamos al artista que llevamos dentro, repartiremos un folio en blanco. Dicho folio pasará por todos los alumnos, de uno en uno. Cada estudiante dibujará una cosa en él y, mientras lo hace, tiene que decirle al compañero que está en la pizarra qué ha dibujado y dónde. Por ejemplo: 

1)   El primer alumno diría: hay una mesa en el centro. (Y el alumno que dibuja deberá dibujar una mesa en el centro de la pizarra).

2)   El segundo alumno diría: hay un jarrón “encima de” la mesa. (Y el alumno que dibuja en la pizarra deberá dibujar un jarrón encima de la mesa que ha dibujo previamente).

3)   El tercer alumno diría: hay flores “dentro del” jarrón. (Y el alumno que está en la pizarra deberá dibujarlas).

4)   El cuarto alumno diría: hay un libro “debajo de” la mesa. (Del mismo modo, el alumno que está en la pizarra deberá dibujarlo).

  
   Finalmente, compararemos el resultado final del folio con el resultado de la pizarra y veremos si nuestro Picasso ha entendido bien las instrucciones dadas por sus compañeros.

   
   Esta actividad se puede llevar a cabo con un vocabulario específico que queramos repasar (por ejemplo, frutas, prendas de vestir u objetos del aula, entre otros) o libremente con cualquier palabra que los chicos quieran utilizar. Además, podemos complicar la actividad cuanto queramos: necesidad de acompañar al sustantivo con un adjetivos (un hombre alto, un libro viejo, una mujer bonita, etcétera), necesidad de usar un verbo (hay un niño que está leyendo un libro, una mujer toca el piano, un hombre cocina, etc.). Como veis, lo podemos adaptar a todos los niveles.
 
¡Os dejo el resultado de uno de los grupos de primer curso!

   A mis alumnos les encanta, dejan volar su imaginación y siempre termina convirtiéndose en un cuadro muy original (¡dragones y algún compañero de clase suelen estar presentes!). No dudéis en ponerlo en práctica, ¡la diversión está asegurada!

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