Como todas las semanas,
secundariaenchina.blog.com publica una nueva entrada, pero esta vez los
foreignschoolers no somos los autores. La autora es Isabel Maria Lopez
Nunez, una profesora de Garrucha, Almeria, que desde 2012 vive y trabaja
en Changchun, en la provincia de Jilin, en el norte de China. Tiene 28
años y es licenciada en Humanidades. Su aventura en el mundo ELE comenzó
con un trabajo como Auxiliar de Conversación en un instituto de la
ciudad francesa de Dijon, donde descubrió que enseñar español era su
pasión. En abril, pretende mudarse a los EE.UU en busca de nuevas
aventuras, pero antes de dejarnos, nos ha regalado esta joya. Esperamos
que os guste.
Para trabajar las preposiciones de
lugar en clase de una manera original y en la que los alumnos pusieran
en marcha toda su creatividad, se me ocurrió la siguiente actividad, en
la que el alumno no sólo habla, sino que además escucha, comprende y, lo
más divertido, ¡dibuja!
Esta actividad sirve como repaso
después de ver las preposiciones de lugar (previamente trabajadas con
ejemplos y una exhaustiva tanda de preguntas rápidas con los objetos de
clase, del tipo: ¿dónde está la tiza?, ¿dónde están los libros?, ¿dónde
está el bolígrafo?).
En primer lugar necesitaremos un
voluntario. Si no lo encontramos, a mí me gusta jugar a “adivinar la
palabra”: escribo la palabra secreta en un papel y luego propongo a los
alumnos que me digan una fruta, un color, un número, un mueble (se puede
practicar el vocabulario de cualquier familia de palabras) y, la
persona que lo adivina, sale a la pizarra. El estudiante afortunado será
el que dibuje en la pizarra aquello que los compañeros le digan.
Tras explicar la actividad detenidamente, poniendo mil ejemplos con los que sacamos al artista que llevamos dentro, repartiremos un folio en blanco. Dicho folio pasará por todos los alumnos, de uno en uno. Cada estudiante dibujará una cosa en él y, mientras lo hace, tiene que decirle al compañero que está en la pizarra qué ha dibujado y dónde. Por ejemplo:
1) El primer alumno diría: hay una
mesa en el centro. (Y el alumno que dibuja deberá dibujar una mesa en el
centro de la pizarra).
2) El segundo alumno diría: hay un
jarrón “encima de” la mesa. (Y el alumno que dibuja en la pizarra deberá
dibujar un jarrón encima de la mesa que ha dibujo previamente).
3) El tercer alumno diría: hay flores “dentro del” jarrón. (Y el alumno que está en la pizarra deberá dibujarlas).
4) El cuarto alumno diría: hay un
libro “debajo de” la mesa. (Del mismo modo, el alumno que está en la
pizarra deberá dibujarlo).
Finalmente, compararemos el
resultado final del folio con el resultado de la pizarra y veremos si
nuestro Picasso ha entendido bien las instrucciones dadas por sus
compañeros.
Esta actividad se puede llevar a
cabo con un vocabulario específico que queramos repasar (por ejemplo,
frutas, prendas de vestir u objetos del aula, entre otros) o libremente
con cualquier palabra que los chicos quieran utilizar. Además, podemos
complicar la actividad cuanto queramos: necesidad de acompañar al
sustantivo con un adjetivos (un hombre alto, un libro viejo, una mujer
bonita, etcétera), necesidad de usar un verbo (hay un niño que está
leyendo un libro, una mujer toca el piano, un hombre cocina, etc.). Como
veis, lo podemos adaptar a todos los niveles.
A mis alumnos les encanta, dejan
volar su imaginación y siempre termina convirtiéndose en un cuadro muy
original (¡dragones y algún compañero de clase suelen estar presentes!).
No dudéis en ponerlo en práctica, ¡la diversión está asegurada!
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